08 de Febrero 2021
Producto de la pandemia mundial que aún nos afecta, el 2020 fue un año cargado de desafíos para toda la humanidad, lo que nos obligó a repensar la forma en que veníamos haciendo nuestro trabajo día a día. Esto no fue ajeno para el mundo de la logística portuaria, donde realizamos grandes esfuerzos para mantener la continuidad del comercio exterior, sin dejar de resguardar la salud de nuestros trabajadores, así como la de todos quienes participan en la cadena logística.
Un primer gran objetivo para Puerto Antofagasta en este año 2021 es fortalecer la Comunidad Logística Portuaria, a fin de poder enfrentar los principales desafíos de esta actividad, entre ellos la transformación digital, en un marco de sustentabilidad y de una alta productividad, con una mirada de futuro y bajo una perspectiva de ecosistema. Estamos convencidos que esta es la única forma de hacer frente a las necesidades de los exportadores e importadores de la región de Antofagasta, así como también del incipiente pero muy promisorio mercado asociado al corredor bioceánico Capricornio.
Otro reto estratégico surge de constatar que la demanda por servicios logísticos en nuestra región tiene una muy clara proyección de crecimiento, en circunstancias que los puertos del complejo regional tienen áreas de operación limitadas. Por esta razón, pensamos que se hace imprescindible a corto plazo el desarrollo de zonas extraportuarias, las cuales deben estar ubicadas en puntos estratégicos de nuestra zona, en la que se apliquen estándares de clase mundial en materias de operación y cuidado del medio ambiente, en conjunto con tecnologías de vanguardia, que permita no sólo fortalecer la red logística del comercio exterior del norte de Chile, sino que también mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región, de sus trabajadores, y de fomentar la reactivación de su economía.
En el contexto anterior, destacamos el lanzamiento de la licitación de la Zona de Desarrollo Logístico Capricornio, iniciativa de Empresa Portuaria Antofagasta, que se emplaza en un parque industrial estratégico para el Clúster Minero, con altas posibilidades de sinergia con las empresas existentes en el lugar, así como también equidistante a los principales centros de producción minera y puertos de la región. El seccional del proyecto permite el desarrollo de actividades, extraportuarias, industriales, y comerciales en su más amplio giro, así como también conectividad inmediata a la Ruta 5 y vías ferroviarias utilizadas por las principales empresas de transporte de la región.
Este proyecto se convierte en una oportunidad no sólo para inversionistas, sino que también para que el Clúster Minero pueda continuar fomentando la diversificación de servicios logísticos, lo que se debería traducir en que las riquezas del norte de Chile sean cada vez más competitivas en los mercados internacionales, y para generar un enlace directo con los mercados de alto potencial a los que podremos acceder gracias al corredor bioceánico Capricornio.