El acuerdo de colaboración mutua, fue formalizado por Carlos Escobar, Gerente General de Puerto Antofagasta, y Jorge Tabilo, Rector de la Universidad Católica del Norte (UCN).
Utilizar o generar energía renovable y ser amistosos con el medio ambiente, son temáticas presentes entre los lineamientos estratégicos de Puerto Antofagasta. Así lo precisó, Carlos Escobar, Gerente General de Puerto Antofagasta, quien destacó la iniciativa impulsada desde la casa de estudios, que permitirá un trabajo en conjunto consistente en aprovechar la fuerza del oleaje en el borde costero de la capital regional y convertirlo en una fuente de energía viable para uso domiciliario o industrial.
La energía undimotriz, producida a partir del movimiento de las olas del mar, es una alternativa confiable, “limpia” y cada vez más accesible para abastecer la creciente demanda eléctrica de la zona norte de Chile, caracterizada por su gran actividad minera. WaraOocha (Lucero de Mar, en lengua aymara), es el nombre del proyecto liderado por académicos e investigadores del Departamento de Ingeniería Civil de la UCN, quienes desarrollaron un prototipo que será probado e instalado en el molo de abrigo de Puerto Antofagasta.
“Nuestro trabajo y esfuerzos están focalizados en ser un puerto limpio. Queremos avanzar en tecnología indumotriz, ya que si a futuro los puertos pudiesen generar energía, estarían en condiciones de proveer también energía a las naves. Si los resultados son óptimos, podría significar un importante aporte a las redes portuarias”, enfatizó Escobar, refiriéndose a los 15 terminales que existen en el país.
Prototipo y su funcionamiento
La iniciativa fue desarrollada por un grupo de investigadores liderados por el Doctor Iván Salazar Castillo, académico del Departamento de Ingeniería Civil de la UCN. Con WaraOocha se busca avanzar hacia la construcción y operación de una estación pionera a escala semi-industrial, en el sector costero de la capital regional. Para ello, y en forma previa, se instaló un sensor en el terminal portuario para obtener datos acerca de las condiciones del oleaje en el sector.
El prototipo debiera ser instalado en el molo de abrigo, lugar protegido, que mira hacia mar abierto y con una infraestructura que lo sostiene por medio de un “brazo” de 15 metros de largo, el cual está unido a una boya cónica circular de fondo plano, cuyo diámetro varía entre los 4,2 y 2,5 metros, (ver figs. 1 y 2). Este sistema oscila dependiendo de la fuerza del oleaje, y está unido a un pistón que introduce agua dulce a un acumulador de presión, el cual alcanza una presión de trabajo de 12 bar como máximo.
Luego, esta agua es enviada hacia una turbina que al girar produce electricidad. Una vez liberada, el agua retornará al sistema para repetir el ciclo. La cantidad de energía que producirá el sistema dependerá del oleaje existente, aunque en la fase de prueba no se busca un uso específico para la electricidad, sino más bien evaluar el funcionamiento de la unidad y adquirir conocimientos.
Oportunidad e innovación
Hoy, el proyecto se encuentra en fase de licitación para la materialización y montaje. “Cuando el sistema esté funcionando viene una fase de monitoreo y seguimiento. En ese momento se pueden documentar los resultados que esperamos sean beneficiosos”, sostuvo Salazar.
“Si no se producen cambios en las formas de generación y utilización de la energía en el planeta, tendremos dificultades graves a futuro. Nuestras infraestructuras ya se han visto afectadas por el aumento de la altura media de las olas en años anteriores, estamos viviendo el impacto del calentamiento global, por eso estamos ocupándonos y viendo este proyecto como una oportunidad”, precisó el gerente de Puerto Antofagasta.
Jorge Tabilo, Rector de la UCN, destacó la colaboración de la empresa por constituir un aporte fundamental al proyecto de innovación, agradeciendo el interés mostrado en todo momento por la empresa y las gestiones involucradas en su ejecución.
La elección de Puerto Antofagasta como el lugar para las pruebas y desarrollo del proyecto, obedece a la variación significativa del oleaje, así como también a la seguridad que brinda el entorno protegido que evita la ocurrencia de robos.
Respecto a los beneficios, el doctor Salazar explicó que “esperamos que la energía generada impacte de manera positiva. Se puedan generar sistemas a escalas mayores y quizás alimentar caletas pesqueras, comunidades y por qué no inyectar energía al suministro para disminuir costos”.